En este Jardín Escultórico se han
colocado obras de nacionales y extranjeros, elaboradas con
diferentes tipos de materiales. Colocadas en campo abierto,
parecen emerger de su propio entorno natural, de un
ecosistema específico (bosque seco de transición) donde
encontramos variedad de flora y fauna.
La idea es que las esculturas sean parte
del paisaje, aunque la temática de las mismas sea
ecléptica, sin ninguna relación con el Museo de las Culturas
Indígenas Vivientes de Costa Rica.
El objetivo primordiales es incentivar
la creación artística a nivel profesional para el disfrute
del individuo y como un instrumento de reflexión. Se quiere
enriquecer el espíritu a través de ellas y en su conjunto,
con la naturaleza.
Las esculturas proyectan mensajes
variados, según el contexto del tiempo y del espacio. La
percepción del observador será muy diferente en las
diferentes horas del día y la noche. No nos sorprendamos si
las vemos interactuar con los rayos del sol, la neblina o
más de noche… con el resplandor de la luna.
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